Me dedico a la fotografía por el simple placer de capturar un instante, de captar lo efímero, de robar un paisaje de la geografía humana. Cualquier sentimiento que pueda ser atrapado. Por hacer mío algo ajeno que se iba a perder por único. Por mágico, tal vez. Para compartir luego esa visión y hacer que permanezca.

Lejos de mi formación en C.C. Empresariales por la UCM, siempre he creído que llenarse el alma de emociones es lo que verdaderamente merece la pena. Nada que ver con aquéllo.

Rebelde en esencia, transgresor por principio, descreído, pero infinitamente curioso, seguiré disfrutando del goce estético.

Pepe Cerrillo, Madrid 2015